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La creatividad ready-made





Hace unos diez o quince años se multiplicaban las voces que reflexionaban sobre el futuro del arte en el contexto de las entonces recientes transformaciones tecnológicas. El tono general de las reflexiones era bastante optimista; un punto de partida frecuente era que nos encontrábamos en un momento de cambio cultural similar al Renacimiento -derivado sobre todo de la disponibilidad a gran escala de información, conocimientos y recursos tecnológicos que tendría como efecto una abrumadora democratización de la creación, transformando una dinámica cultural mayormente fundada en la percepción en una de la producción universal. Sin embargo, algunas voces ya por entonces vaticinaban un fenómeno distinto, y vistas en perspectiva terminaron resultando una predicción más realista: la universalización del acceso, antes que haber contribuido a una generalización de la producción, más bien acabó promoviendo la democratización del rol del curador, con la expansión de las prácticas curatoriales al nivel de la vida cotidiana. La cantidad de información disponible volvió necesaria no tanto la creación −entendida como la producción de algo “nuevo”− sino la práctica de tomar cosas existentes y conectarlas de forma novedosa. Por supuesto que no existe producción simbólica "desde cero", pero el arraigo de ideas como las de “genio” y obra maestra invisibilizaron durante siglos los procesos de la semiosis social en la creación artística. Ello comenzó a revertirse de la mano de las tecnologías (primero analógicas), que favorecieron la circulación y la reproducción de las creaciones; y se inició así la progresiva obsolescencia de las nociones modernas de originalidad y propiedad. Con las tecnologías digitales, estos procesos se aceleraron exponencialmente. No obstante, aquí hablamos de un fenómeno aún más radical que el reconocimiento de la intertextualidad de toda producción artística, y es la expansión de la noción de creación a las prácticas de interpretar “lo ya dicho y hecho” y hacer conexiones entre cosas. Daniel Link (1) sostiene que "el arte no es, sino que hay arte", en el sentido de un "devenir". Y al negar el ser del arte, lo que se niega es que pueda existir propiedad. Según el autor, el arte se vuelve, en la era de su reproductibilidad digital, completamente ubicuo y al alcance de todos. Esta ubicuidad, esta puesta en circulación, supone una suerte de "borramiento" de la puesta en discurso, antes clave en la comprensión de la praxis artística. Link se pregunta, con patente pesimismo, si no estamos ante una era de fatiga o pereza creativa. Sin caer en reduccionismos apocalípticos, lo cierto es que este escenario nos obliga, sobre todo, a atender a los condicionamientos que nos imponen las tecnologías que están funcionando como interfaces en estos procesos. Boris Groys (2) afirma que hoy en día mantenemos un diálogo con el mundo fundamentalmente a través de Internet y mediado por la interfaz de Google; que sólo nos permite formular una única pregunta posible, aquella sobre el significado de una palabra individual o de una combinación de palabras, y ofrece como toda respuesta una muestra de todos los contextos accesibles en los que aparece. Para el filósofo alemán, ello conduce a una disolución radical de la lengua, transformando los discursos en nubes de palabras que funcionan como colecciones más allá de toda gramática.

Groys invita a pensar, entonces, hasta qué punto esta "liberación” de las palabras no esconde un profundo empobrecimiento del lenguaje. Dado que nuestra experiencia del mundo está mediada a la vez por el lenguaje y por la tecnología, ¿terminará siendo nuestra forma principal de conocimiento el limitado diálogo con el mundo que nos permite Google? Sin dudas, el desafío en la era de la “creatividad ready made” es pasar del mero señalamiento a la producción de sentido: de la colección a la curaduría



 

(1) LINK, D. (2002). “Orbis Tertius. La obra de arte en la época de su reproductibilidad digital”, en Revista Ramona, Nro. 26, octubre de 2002, Buenos Aires.

(2) GROYS, B. (2014). “Google: el lenguaje más allá de la gramática”, en: Volverse público. Las transformaciones del arte en el ágora contemporánea. Buenos Aires: Caja Negra.

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