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curatorial de Siu Lizaso para la tienda de Arte de Ecosistema Cultural
“Hoy en día sabemos que un texto no está constituido por una fila de palabras, de
las que se desprende un sentido único” (.....)“el texto es un tejido de citas
provenientes de las mil fotos de la cultura” (...) Conformado por escrituras múltiples,
procedentes de varias culturas, y que unas con otras establecen un diálogo, una
parodia, una contestación; pero existe un lugar en el que se recoge toda la
multiplicidad, y ese lugar no es el autor, (.....) sino que es el lector”, escribe Roland
Barthes en La Muerte del Autor, en El Susurro del Lenguaje .
Tomando esta idea, se propone, para la tienda de Ecosistema Cultural una
selección de artistas como un conjunto de signos, un texto armado por escrituras
múltiples de pasiones, humores, sentimientos e impresiones que en su conjunto
conforman una única narración sostenida por sus individualidades. Desde el viento
de la Patagonia a las plantas medicinales y la cerámica de las sierras de Córdoba,
navegando río arriba la humedad de Santa Fe, que nos invita a un mundo paralelo
de la abundancia en sus jardines para llegar al inconfundible calor y color de
Corrientes. Y desde la percepción propia de cada espectador se arma un todo,
único indivisible.
De esta manera se conforma un mapa federal de artistas mujeres que, desde sus
lugares trabajan en este particular momento histórico que atraviesa la humanidad,
plasmando un muestrario heterogéneo de arte contemporáneo producido durante el
confinamiento al que nos obliga una pandemia como la del COVID19. Con
diferentes cualidades y particularidades, la tienda genera un recorrido visual en el
cual las artistas confluyen en la misma idea de continuar pensando, produciendo e
imaginando a pesar de las circunstancias.
Volviendo sobre los postulados de Barthes donde cada espectador -y hoy más que
nunca en tiempos de virtualidad- termina de cerrar una narración; donde el lector es
el que termina de escribir un texto, el lugar donde finalmente se completa la idea;
ahora como nuevos espectadores de este instancia histórica, donde rebrotan
nuevas formas de consumos culturales, el espectador es también fundamental en el
sostenimiento de las nuevas formas de producción y reproducción del arte
contemporáneo.
A pesar de las dificultades, la distancia física y social, el encierro, la angustia y la
incertidumbre y la sobredimensión adquirida por los canales digitales, a través de
este recorrido virtual se intenta reflejar cómo el arte no se detiene y cómo las
artistas siguen produciendo, vinculándose, generando redes, exhibiendo sus obras;
generando así un mapa federal de producciones donde las individualidades forman
un todo. Siendo el arte el motor que nos une, nos encuentra y nos interpela.